Una de las ramas del Derecho internacional más importantes y más antiguas es el Derecho internacional humanitario. Precisamente, debido a su relevancia, la Editorial “Elgar Advanced Introductions” ha publicado este año un manual de Derecho internacional humanitario de 216 pp., escrito magistralmente por el prolífico Robert Kolb, profesor de Derecho internacional público de la Universidad de Ginebra.
El libro ha sido calificado por Marco Sassòli como “una inductiva, refrescante, comprometida, sin embargo matizada, introducción, centrada en profundidad sobre unos pocos temas fundamentales, y escrita por alguien que no es solo un experto de esta rama del Derecho internacional, sino un conocedor de los contextos jurídicos, políticos e históricos relevantes”.
Respecto a su estructura, el libro está compuesto de ocho capítulos y una conclusión. En esta reseña, solo se indicarán los aspectos que consideramos más llamativos del libro.
En el primer capítulo se detallan las fases de evolución histórica del DIH del período clásico (1864 – 1949), caracterizado por un énfasis en el aspecto militar del conflicto, al moderno, que implica el paso hacia una mayor protección del ser humano (p. 2) con los Convenios de Ginebra de 1949.
En el segundo capítulo, se estudia la división entre conflictos armados internacionales (en adelante, CAI) y conflictos armados no internacionales (en adelante, CANI), con énfasis en estos últimos. En esta línea, el autor reflexiona acerca de por qué el DIH debe regular los CANI y por qué este tipo de conflictos no debe quedar regulado solo por el Derecho interno y el Derecho internacional de los derechos humanos (pp. 26 – 28). Seguidamente, el autor sustenta las razones por las que la regulación actual del CANI se podría considerar como “minimalista”, “desbalanceada” y “caótica” (pp. 28 – 33).
En el tercer capítulo, el autor estudia las fuentes del DIH, en especial, los tratados y la costumbre. Respecto a los primeros, Robert Kolb sostiene que son importantes por varias razones: porque permiten identificar las materias detalladas y técnicas del DIH; porque por su forma escrita, los tratados ayudan a la difusión y comprensión de las reglas humanitarias para quienes no son abogados; porque a comparación de la costumbre, deja menos márgenes de discusión y apreciación, etc. (pp. 50 – 54). En este capítulo también presenta brevemente cuáles son los tratados más importantes en la historia del DIH, desde la Declaración de San Petersburgo de 1868 hasta el Estatuto de Roma, adoptado en 1998, que, aunque no sea un tratado de DIH, regula el aspecto penal de la violación de sus reglas, que son los crímenes de guerra (pp. 54 – 64).
En relación a la costumbre, el autor identifica también las razones de su importancia para el DIH. Entre ellas, sostiene que proveen un estándar mínimo humanitario universalmente aplicable. Además, Kolb recalca su importancia porque son el vehículo primordial para vincular a los actores no estatales y otras entidades del DIH, por ser un recurso subsidiario del DIH y porque permite la interpretación de las reglas convencionales y los principios generales (pp. 65 – 70). Finalmente, Robert Kolb explora la relación entre ambas ramas para sostener que existe una tendencia hacia la identidad entre el Derecho consuetudinario humanitario y el Derecho convencional, pero teniendo el primero áreas que no han sido conviertas por el segundo (pp. 72 – 73).
En el cuarto capítulo, se explica qué son y cómo se aplican los principios generales del DIH. Al igual que con los tratados y la costumbre, el autor analiza cuál es la función que cumplen los principios generales del Derecho para con las normas del DIH, entre ellas, la función de ser guía en su aplicación (pp. 75 – 78). A continuación, el autor menciona algunos ejemplos, entre ellos, el principio de humanidad, el principio de limitación, el principio de distinción, el principio de proporcionalidad, el principio de precaución (pp. 78 – 92).
En el siguiente capítulo, se hace un análisis sobre la aplicabilidad material de las reglas de DIH sobre CAI y CANI, así como de los conflictos mixtos. Respecto a los CAI, analiza la aplicación de sus normas en tiempos de paz (pp. 95 – 96), la connotación del término “conflicto armado” (pp. 96 – 98) y los aspectos de este que son relevantes para el CAI como las fuerzas armadas de los Estados, la no exigencia de una intensidad en el enfrentamiento y el interesante punto sobre los ataques por error (pp. 98 – 100). Además, estudia la actualidad de la declaración de guerra en los CAI y los territorios ocupados sin resistencia (pp. 100 – 103). Sobre los CANI, sostiene que su estudio es más complejo que el de los CAI, para ello explora los CANI con aplicación del artículo 3 Común a los Convenios de Ginebra de 1949 y los CANI en los que se aplica el Protocolo Adicional II de 1977 (pp. 108 – 115). Posteriormente, estudia los conflictos armados mixtos a partir de la siguiente clasificación: a) CANI que se transforma en CAI, como un todo; b) CANI que pasa a ser un CAI, parcialmente; c) CAI que se transforma en CANI, como un todo; d) CAI que se convierte en CANI, parcialmente (pp. 116 – 120).
En el sexto capítulo, el autor explora brillantemente la división, no del todo evidente en la práctica, entre combatientes y civiles. Ambas categorías no admiten una categoría intermedia como la “combatiente ilegal”, que sería, simplemente, un no combatiente y no disfrutaría de sus privilegios (p. 127). Kolb estudia los casos de tres tipos de combatientes: a) miembros de la Fuerza Armada Estatal; b) levée en masse; y c) las milicias, los cuerpos voluntarios y los movimientos de resistencia (pp. 129 – 134). En este capítulo, también estudia la distinción a partir de las llamadas “guerras asimétricas” (pp. 134 – 142), la participación directa en las hostilidades (pp. 142 – 147) y el tema controversial de la “guerra del terror” y el uso de los drones (pp. 147 – 155).
En el séptimo capítulo, Kolb analiza, con mayor profundidad, los principios de distinción, precaución y proporcionalidad. En esta línea, resulta ser particularmente interesante su excursus en el que analiza la consistencia de los argumentos para sostener que los bombardeos con fines humanitarios son conformes al DIH, entre ellos, la cláusula de exclusión de responsabilidad de “estado de necesidad”, la autorización del Consejo de Seguridad, las contramedidas (pp. 176 – 186).
En el octavo capítulo, el autor trata el tema de la implementación del DIH en base a la prevención, control y supresión, calificándola como el “talón de Aquiles del sistema” (pp. 187 – 197).
Por último, en la conclusión se enlista algunos los puntos problemáticos del DIH (pp. 198 – 199) explorados en los capítulos del libro.
La nueva publicación de Robert Kolb resulta, a todas luces, recomendable no solo por la nitidez con la que el autor reflexiona sobre las principales categorías jurídicas del DIH, sino por la consistencia y profundidad en el abordaje de los temas y el uso de la literatura especializada.
Al no ser, exactamente, una obra destinada a un primer contacto con el DIH, no es un libro que pretenda ser descriptivo y/o enciclopédico, sino reflexivo de algunos de los principales problemas del DIH, con la pulcritud y perfeccionismo que siempre han caracterizado al profesor Robert Kolb. Por todo lo dicho, recomendamos desde Ius Standi leer esta magnífica introducción avanzada para ahondar en el estudio del DIH.
Elaborado por Pablo César Rosales Zamora